Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Style 2
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Style 3
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Style 4
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Style 5
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Style 6
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.
Aquí no me imponen nada y puedo hacer lo que más me gusta. Me siento en casa. No tengo miedo, al contrario, me atrevo a despertar aquellas ilusiones que pensaba que estaban escondidas. Por cierto, voy en bicicleta todas las mañanas.
Nunca pensé volver a practicar Yoga. Cuando llegué y nos sentamos en el Colmado me preguntaron por mis hobbies. Evidentemente, en mi juventud adoraba el yoga. Ahora ya no lo practicaba, y lo digo en pasado porque resultó que vino Soraya a despertar conmigo mi ilusión. Tengo 94 años y sí, practico yoga.
Me doy cuenta de que mi madre es mayor, pero no por eso debe dejar de hacer “locuras” como me cuenta siempre. Un día me contó que ahora forma parte de una tertulia semanal en una RADIO DE VERDAD. Puedo decir que es tertuliana y de hecho la escucho en mi trabajo junto a mis compañeras de trabajo.
Siempre había pensado que me cuidarían en casa, hasta el día que me di cuenta que mis hijos viven en una sociedad muy cambiada a la que viví yo con mis padres. Por eso, es importante que vayamos a conocer residencias de forma preventiva.
Creo en las personas, creo en la gran edad, creo en su empoderamiento y creo en el sistema que acompaña el mundo de la atención a personas mayores, ya que gracias a él y con la crisis de la COVID hemos trabajado de la mano como nunca antes habíamos hecho.
Pero, sobre todo, creo que debemos poder decidir cómo queremos vivir, con 6, 26 u 86 años.